Con una emotiva Misa presidida por el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Fernando Ramos, el Colegio Arrarán Barros de Puerto Montt celebró el inicio del jubileo de sus 100 años de existencia.
Es así como el arzobispo de Puerto Montt explicó que “la comunidad educativa se reúne para agradecer a Dios por el inicio del jubileo de los 100 años de fundación del establecimiento educacional, en los cuales el Señor ha permitido entregar la fe, la cultura y los valores cristianos – franciscanos a muchas generaciones de niños y jóvenes que han pasado por estas aulas”.
En la celebración se recordaron a todas las personas que han contribuyeron a hacer realidad está gran obra, a sus primeros fundadores y a las hermanas Franciscanas Misioneras del Sagrado Corazón a quienes, la Providencia divina manifestada a través de Monseñor Ramón Munita, les permitió acompañar y llevar adelante esta obra educativa.
Durante la presentación de ofrendas se entregó ante el altar el primer registro escolar que tuvo el colegio como un signo de gratitud por la historia vivida a lo largo de estos 100 años; la insignia y logo del colegio que representan a todo el personal, estudiantes y familias que pertenecen o han pertenecido a nuestra comunidad educativa, para que día a día en ella se vaya sembrando las semillas de la paz y bien; la insignia de la Congregación de las religiosas franciscanas misioneras del Sagrado Corazón, que llamadas por Monseñor Munita han continuado con generosidad llevando adelante esta obra educativa; y finalmente el pan y vino.
Antes de recibir la bendición final, Sor Inés Pavan, presidenta de la fundación educacional Arriarán Barros, entregó unas palabras respecto a los inicios del colegio, explicando cómo llegaron las primeras hermanas a este gran desafío de formar niños y niñas; y el maravilloso sentimiento de haber pertenecido a esta maravillosa comunidad.