Este 3 de enero se celebró la Santa Misa en la Catedral de la ciudad en memoria del Papa emérito Benedicto XVI y fue presidida por el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Fernando Ramos, quien fue acompañado por sacerdotes de la diócesis y fieles de la comunidad.
En su homilía, el arzobispo recordó que “el Papa emérito Benedicto XVI fue muy crítico a los pensamientos contemporáneo de moda que no tenían un fundamento humanista muy desarrollado, en eso él tenía gran lucidez para hacer ver las contradicciones de las corrientes de moda. Como Pastor, sucesor de Pedro siempre estuvo al servicio de Dios con la verdad, consciente de sus limitaciones; tanto así que con toda humildad renunció a su cargo, sin ningún afán de protagonismo retirándose ya sin fuerzas para desempeñar dicha responsabilidad”.
“Es un ejemplo de humildad y sencillez en el servicio a los demás. Lo que movía en su vida no fue el estudio, ni los honores, ni el prestigio, sino que el amor a Dios es lo que lo movió y lo orientó en su servicio y entrega”, dijo el arzobispo de Puerto Montt.
Monseñor Ramos expresó que “despedimos confiados en el Señor que su Alma será acogido en su reino y cómo él mismo dijo ser un servidor del Señor, hoy podemos afirmar que es un humilde huésped en el reino del señor”.
El arzobispo de Puerto Montt finalmente convocó a los presentes para rezar juntos por el Alma de quien fuera pastor supremo de nuestra iglesia, el Papa emérito Benedicto XVI.