Arzobispado de Puerto Montt

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Año Santo 2025

Con las palabras de san Pablo: “la esperanza no defrauda” (Rom 5,5), el pasado jueves 9 de mayo del presente año, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco convocó oficialmente a la Iglesia universal a celebrar el Jubileo Ordinario para el año 2025. En efecto, el primer jubileo de la Iglesia Católica fue celebrado por el Papa Bonifacio VIII en el año 1300. Al principio se celebraba cada 100 años, enseguida cada 50 años y después cada 25 años, como ahora. El último jubileo ordinario fue en el año 2000 y el último extraordinario fue el Jubileo de la Misericordia en el año 2015.

El año santo se iniciará el martes 24 de diciembre de 2024, abriendo la puerta santa de la Basílica de San Pedro del Vaticano y concluirá, cerrando dicha puerta, el martes 6 de enero de 2026, día de la Epifanía del Señor. Paralelamente, el Papa ha pedido que en todas las catedrales y concatedrales del mundo el domingo 29 de diciembre de 2024, los obispos diocesanos celebren la Eucaristía como apertura solemne del Año Jubilar en las propias diócesis.

Siguiendo la antigua tradición del pueblo de Israel, que celebraba un jubileo cada 49 años, para recordar que la tierra que habitaban era un regalo de Dios para todos los miembros de ese pueblo y no sólo para algunos, la Iglesia ha querido también poner de relieve el don maravilloso de la gracia de Dios que llega al corazón de las personas como expresión de su infinita misericordia. Precisamente un año santo es la oportunidad que se nos ofrece para encontrarnos con esa gracia.

En esta ocasión, el Papa ha querido que el próximo año santo tenga como mensaje central la esperanza, de manera que “pueda ser para todos un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, puerta de salvación (cf. Jn 10,7.9); con Él, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre, en todas partes y a todos como nuestra esperanza (1Tm 1,1)” (Spes non confundit, Bula de convocación del Jubileo Ordinario del año 2025, n. 1).

Habiendo hoy tantos signos en el mundo que promueven la desesperanza como las guerras, confrontaciones, empobrecimiento y otros, y a su vez en nuestro país también encontramos situaciones similares tales como la delincuencia, crimen organizado, narcotráfico, violencia intrafamiliar y un largo etcétera, el llamamiento del Papa a vivir un jubileo desde la esperanza es una invitación audaz para que nos atrevamos a cultivar la esperanza y venzamos cualquier derrotismo que nos pueda amenazar. El año santo es esa oportunidad de victoria de la esperanza.

 

 

 

+ Fernando Ramos Pérez

Arzobispo de Puerto Montt